sustentabilidad

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5.5 VINCULACIÓN DE LA CARRERA CON EL PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES

Los ecosistemas naturales proveen una serie de valiosos servicios ambientales que, debido a una deficiente administración o a la carencia de incentivos económicos para preservarlos, con frecuencia acaban perdiéndose. El principio central del Sistemas de Pagos por Servicios Ambientales consiste en que los proveedores de servicios ambientales se verán compensados por los mismos, mientras que los beneficiarios de los servicios han de pagar por ellos. Un elemento clave es la Estrategia Ambiental del Banco Mundial es ayudar a los poises en vías de desarrollo a adaptar soluciones innovadoras el problema de Ia perdida de servicios ambiéntales, y sus consecuencias en términos de perdida de medios de vida, amenazas a la salud, e incremento de la vulnerabilidad.
El innovador trabajo del Banco Mundial en pagos por servicios ambiéntales (PSA) representa un ejemplo del esfuerzo del Banco en este terreno.
Los esquemas de PSA tienen el potencial de convertirse en valiosos mecanismos para una internalización positiva de externalidades ambientales y para generar ingresos nuevos para el desarrollo sustentable.
LOS SISTEMAS DE PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES (PSA) representan un ejemplo de este nuevo enfoque. El principio central del PSA consiste en que los proveedores de servicios ambientales se verán compensados por los mismos, mientras que los beneficiarios de los servicios han de pagar por ellas. Este enfoque tiene Ia ventaja de generar fuentes de ingresos adicionales para los usuarios de tierras con bajos ingresos. Contribuyendo por lo tanto a mejorar sus medios de vida. Diversos países han comenzado a experimentar con dichos sistemas, varios de ellos con ayuda del Banco Mundial.
Los ecosistemas naturales proporcionan una amplia variedad de servicios ambiéntales. Los bosques, por ejemplo, a demás de otras funciones brindan servicios hidrológicos como Ia filtración de aguas y Ia regulación de flujos hídricos. Sin embargo, estos servicios hidrológicos son raramente valorados, hasta que los efectos de Ia deforestaci6n se hacen palpables en forma de inundaciones y pérdida de Ia calidad del agua. Estos efectos llevan aparejados un incremento en Ia vulnerabilidad de las poblaciones sustentadas en Ia porte baja de las cuencas, ya sea en forma de riesgos para su medio de vida a su salud.
La pérdida de esos servicios ambientales, a pesar de su valor, es fácil de explicar. Al no recibir, normalmente los usuarios de las tierras altas ninguna compensación por los servicios ambientales que sus tierras generan para otros agentes, carecen de motivación económica para tomar en cuenta esos servicios cuando deciden como usar sus tierras. Por Io tanto no tienen razón económica para tomar estos servicios en cuanta al tomar una decisión acerca del uso de sus tierras. Las soluciones tradicionales a este problema son de dos tipos regular Legalmente el tipo de uso al que se pueden destinar las tierras, o Ilevar a cabo medidas correctoras (tales coma reparar los daños causados por las inundaciones, o construir obras publicas para proteger a Ia población de las tierras bajas frente a inundaciones). Estos métodos no han probado ser efectivos.
Las medidas correctoras suelen ser imperfectas y más costosas que las medidas preventivas. En cuanto a las regulaciones legales, a menudo es difícil conseguir que se cumplan dadas a la alta dispersión de los usuarios de las tierras altas, y su cumplimiento puede ocasionar altos costos a los usuarios pobres al prohibir actividades rentables.
Desarrollo de Sistemas Efectivos de Pagos
Los programas de pagos por servicios ambientales (PSA) solo alcanzarán sus objetivos si logran influenciar el modo en que los usuarios de tierras usan las mismas. Los siguientes principios generales deben observarse: • Los pagos tienen que ser continuos. Los beneficios buscados suelen ser de naturaleza continua. Para que esos beneficios se mantengan año tras año, los usuarios de tierras deberán recibir los pagos a su vez año tras año para que el incentivo a mantener un determinado uso de la tierra se mantenga.
• Los pagos tienen que ser dirigidos. Un sistema de pagos no diferenciados, que pague a todos los usuarios de tierras por igual, suele ser menos eficiente (al requerir mayores pagos para conseguir el mismo nivel de beneficios) que un sistema de pagos dirigidos, y hace difícil adaptar las intervenciones a las necesidades particulares de cada situación. Sin embargo, un sistema de pagos dirigidos puede ser más costoso de implementar que un sistema de pagos no dirigidos. Así pues, es necesario alcanzar un equilibrio entre las ganancias en eficiencia y el costo de implementación.
• Hay que evitar crear incentivos perversos. Por ejemplo, pagos por reforestación pueden animar a los usuarios de tierra a cortar árboles en un primer momento, a fin de poder recibir el pago cuando la reforestación tenga lugar.

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